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sábado, 24 de mayo de 2025

QUIZÁS... EL ADIÓS


Buscaré a la poesía

donde la intuya, 

puede ser en este mundo 

o en otro planeta, no importa. 


Buscaré a la poesía 

con la misma pasión 

que le incrusto 

cada vez que la plasmo. 


Buscaré versos distraídos

esos que de una rama penden

porque la lesionó el viento

y desgarró a sus nidos. 


Buscaré también palabras 

camufladas en la arena 

protegiéndose tal vez 

de sorpresivas riadas. 


Buscaré en todas partes, 

en otros cielos y crepúsculos 

en las estrellas que observo 

cuando la noche está clara. 


Buscaré poesías, palabras, versos 

si ellos permiten que los halle

porque si no hay reciprocidad 

quizá, mi adiós sea la respuesta. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 


ESTA TARDE...


Llueve

con una sutil intermitencia

como pidiendo permiso.


Llueve

tranquilizando a los loros

que al silencio desafían. 


Llueve

la hojarasca acumulada

está despejando el techo.


Llueve

en una tarde otoñal confusa 

con una primavera incrustada.


Llueve...


Viviana Laura Castagno Fuentes 

SIN CORRESPONDENCIA...


Tengo mil razones 

para irme de aquí... 

pero solamente 

con una que justifique 

mi estancia, me quedaría. 


Tengo prestas mis alas, 

estuve acomodando 

alguna de sus plumas 

que estaban quebradizas

y podrían dificultar el vuelo.


Tengo mil razones

para partir definitivamente 

porque están fallando 

las reciprocidades, no existen, 

pero con una sola, me quedaría.


Viviana Laura Castagno Fuentes

AQUÍ Y ALLÁ

   

Se acomoda plácidamente la poesía,

en el límite puntual y exacto

—entre la noche y el día—

justo allí donde las sombras se funden

con las balbuceantes luces matutinas.


Y ama también ella,

mimetizarse entre las zarzamoras

cuando el calor abrasador del estío

el cambio de sus tonos acompaña

—de rojo ardiente a negro intenso—. 


Y está omnipresente la dama,

en las heridas sangrantes de la tierra

cada vez que la sequía las abre,

en un gesto de obstinación parece

porque a la cita se ausentó la lluvia.


Huelga la poesía —aunque sutilmente—

en los vestigios que dejó el verano

pletórico él en frutos y verdores,

hasta que las primeras brisas otoñales

irrumpen para desbaratar las lozanías.


Vive la poesía para siempre,

en la amorosa ingenuidad de la infancia

se acomoda en las risas candorosas,

aunque las desazones del presente

se propongan —sin éxito— en clipsarlas.


Viviana Laura Castagno Fuentes