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domingo, 9 de marzo de 2025

ROLES


Ella era extraordinaria, 

una desmesura en todo

atesoraba amor multiplicado

hasta en la punta de sus zapatos.


Su magnanimidad única

desconocía frontera alguna,

no obsequiaba ramilletes

sino pródigos vergeles y primaveras.


Sabía establecer límites

cuando la situación ameritaba

—si no los pongo yo ahora

mañana te impondrá la vida—

me decía con su sabiduría innata.


Transcurrió la vida para ambas,

comenzó a delegar de a poco, tareas,

mientras menguaban sus fuerzas 

y sus pasos prudentes se tornaron.


Comencé a ser: "madre de mi madre",

un rol que siempre imaginé

que un día llegaría, era inexorable

y allí estaba, reclamando por mí

y no dudé en ser su protectora.


Por eso —cuando el dolor atiza—

es porque inauguró un desierto

que se instaló en mi cuerpo 

y atravesó como una saeta a mi alma.


Y dejo afuera a los prejuicios

porque los fundamentos son claros

tuve que decir adiós:

a dos seres en uno

"a una madre superlativa

pero también a una hija vulnerable".


Viviana Laura Castagno Fuentes

JUEGA LA DAMA


Está, la poesía está por doquier, 

ama disfrazarse de primavera 

tiene la espontaneidad de una niña. 

Nos mira muchas veces

desde las hojas trémulas

que emancipó el provecto sauce

mientras una alfombra

con ocres está diseñando.

Se mimetiza la exquisita dama, 

en la lánguida gota de rocío

que sobre un pétalo medita. 

Espía la esquiva con solvencia, 

devenida en un bellísimo amanecer

mientras su espectáculo despliega. 

Fluye, cuando la intuye el alma, 

sino dormita sobre la piedra inerme

hasta que a "la pasión" despierta

porque sin ella, la poesía no sería. 


Viviana Laura Castagno Fuentes