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martes, 24 de diciembre de 2019

DÍAS MÍOS...



Días difíciles, complejos,
hay sentimientos enajenados,
presencias investidas de ausencia
que estarán en el alma solamente
pero ya no más en nuestra mesa. 

Días donde las lágrimas guardadas
dibujan nudos de todos los tamaños
y se atascan en nuestra garganta
formando aludes de agua contenida,
que cuando libremente fluyen 
universos enteros inundan.

Días, donde la alegría y las desazones
se funden íntimamente,
y no logramos discernir 
dónde habitan unas 
y dónde las otras,
porque se han fusionado perfectamente.

Días, donde los desasosiegos 
no encuentran lugar para asirse,
invaden nuestras sinuosidades,
descienden hacia espacios abisales
y desembocan en ríos caudalosos
con lágrimas petrificadas.

Viviana Laura Castagno Fuentes

OBRERA DE LAS LETRAS



Ella ha buscado siempre
a las palabras adecuadas,
era una minuciosa obrera
edificaba hogares con sus letras.

Había reciprocidad también,
porque las palabras la perseguían
invadían su alma y su mente
navegaban cual veleros 
por su torrente sanguíneo.

Una obrera se consideraba,
porque escribir era un aprendizaje
que no acabaría nunca, sería perpetuo,
terminaría junto con ella,
cuando la muerte a llevarla viniese.

Y un día sucedió, acabó su travesía,
sabía íntimamente que su legado 
quedaría cómodamente asilado
en su casa natural, porque ella logró
materializar un viejo sueño: 
"habitar en un amoroso libro".

Viviana Laura Castagno Fuentes


IMPRUDENTES INTRUSOS



Irrumpieron los recuerdos otra vez,
pero sin anuencia acordada,
quedó una hendija habilitada
y por allí se introdujeron los arteros.

¿Qué desean de mí, díganme,
que no haya sido entregado?

Porque trajeron al pasado todo
es un amasijo informe
que logró desorientarme 
y extraviada estoy vagando
allí donde ya no pertenezco.

Los recuerdos, la biblioteca del alma,
acudo a ellos para abrevar 
y regresar más sabia y más dúctil,
pero esta vez en mi presente 
el pasado ha incursionado
y entre confusiones estériles
estoy viviendo o intentando al menos.

No los he llamado siquiera,
es como si un devastador huracán 
hubiese derribado todo
sin tocar la puerta previamente,
y entre escombros amorfos, vacuos,
y desconciertos tantos
en una naúfraga me convirtieron.

Viviana Laura Castagno Fuentes