La quietud, el silencio,
no es ausencia
de ruidos externos;
es un estado del alma,
ella edifica, porque
aun callada, la arquitecta,
está construyendo.
Tiene sus reglas,
duerme, aun despierta,
busca a la soledad
para resarcirse,
porque es su estado natural,
es el taller donde se construye.
El alma es amor,
y solo se materializa
con la entrega.
Los temporales devastadores
son la fuerza motriz
que la fortalecen,
ella vive...
Los temporales devastadores
son la fuerza motriz
que la fortalecen,
ella vive...
-¡Sí vive!-
aunque la intuyan muerta.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Viviana Laura Castagno Fuentes
