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martes, 29 de julio de 2025

SUS DONES


Tenía a veces

la impronta del invierno: 

era imperturbable, fría

—solo en apariencia—

pero guardaba un tizón 

en cada abrazo. 


Y sabía ser río, 

fluía sin detenerse 

esquivaba con donaire 

los óbices que iba encontrando

y a otros los ignoraba. 


Supo guardar vestigios

de sus exultantes primaveras

—para suavizar sus declives—

pero aun así, obsequió camelias

porque su hechura: era la entrega. 


Viviana Laura Castagno Fuentes