Y finalmente partió,
con la convicción plena
de que lo suyo
tenía a la verdad
y a la sinceridad
como emblema.
¿Porque cuál
era la alternativa?
La alternativa era
permanecer
otros abriles,
otros inviernos,
otoños lánguidos
y esplendorosas primaveras
para acabar repitiendo
una misma historia.
Partió...
porque las ilusiones
fenecidas yacían,
y el amor que había
sin ellas y deteriorado
en un frágil remedo
se había convertido.
¿Hasta cuándo
debía esperar,
hasta cuándo?
Huelgan las respuestas
porque sobraron
las excusas,
que al amor
lo debilitaron primero
y lo acabaron matando
en absoluto silencio
luego...
Viviana Laura Castagno Fuentes
