Él, posee el alma sensible de poeta,
está vacío, hay un exilio inesperado,
sus letras han partido, sin su anuencia,
y en desnudeces lo han dejado.
¿No es un despojo acaso, un arrebato,
cuando la inspiración enmudece,
sin causas aparentes generando un hueco,
que en las profundidades del alma se siente?
Hay que comprender al poeta,
él sin sus letras no existe, muere,
hay un universo que se paraliza,
cuando ellas sus intersticios abandonan.
Mira, sin mirar hacia la nada,
las busca denodadamente
en el vuelo de las mariposas,
en el perfume de las glicinas
y hasta en el plumaje iridiscente
en el vuelo de las mariposas,
en el perfume de las glicinas
y hasta en el plumaje iridiscente
de los frágiles colibríes.
¿Cuándo regresarán? - se pregunta-
aunque de preguntas está atosigado,
lo abandonaron sus letras, se fugaron
y no sabe todavía
¿Cuándo regresarán? - se pregunta-
aunque de preguntas está atosigado,
lo abandonaron sus letras, se fugaron
y no sabe todavía
cuando llegarán de su éxodo.
Viviana Laura Castagno Fuentes
