Imagino muchas veces
que subrepticiamente
estarás escudriñando
si estamos bien
si hemos almorzado
y si la casa está prolija.
Desde algún espacio
tu amor inconmensurable
continuará desplegando
su enorme empatía
y el interés por los demás
como siempre, como antes.
Deseo que allí haya vergeles
con aljabas y gardenias,
un delta con botes y canoas
y vistosas casas lacustres
con crepúsculos y amaneceres
deslumbrantes.
Imagino muchas veces
—porque es lo que anhelo—
que estás en un universo único
donde han desaparecido
los dolores, las noches de
insomnio
y que tus ojos están sonriendo.
Imagino...
Viviana Laura Castagno Fuentes
