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jueves, 20 de diciembre de 2018

LA DEMOLICIÓN


Mis pies están quietos,
parezco un árbol tieso
enraizada al suelo.


Han quedado sueños truncos,
que habíamos edificado
pero una madrugada en estío
arreció un vendaval inesperado,
que desmoronó absolutamente todo.

Hoy, hurgo entre los escombros,
estoy exhausta, perdida,
intento buscar la salida,
hacia el todo

o hacia la nada misma.

He dejado a la mente en blanco,
pues mi barca perdió su brújula
cuando en el cruento temporal
también se extravió mi alma.

Viviana Laura Castagno Fuentes

COMO UN AYO



Cuidado árbol, cuidado,
el implacable viento,
está meciendo con fuerzas
tus ramas y tu cuerpo de leña.

A veces, parece que intentara,
mojar tu cabellera de hojas
en el lago de aguas cristalinas
que utilizas como espejo.

Comprendo el esfuerzo,
demanda una gran resistencia,
intentar permanecer firme,
cuando un fuerte viento arrecia.

No eres solo un árbol,
sino una primorosa cuna
que da abrigo y preserva,
a pequeños y frágiles nidos.

Confieso que mi deseo
es que la calma retorne pronto,
hay diminutas vidas en tu cuerpo
y salvarlas es tu gran desvelo.

Mañana, tendrás tu recompensa,
unas delicadas avecillas
llenarán tu corazón magnánimo,
de gran alborozo, con sus sinfonías. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 
                                    

LA RIADA



El río era un lago quieto,
tenía a sus aguas detenidas
como en estado de meditación,
y el cielo se miraba en ese espejo.

El bote parecía dormir su siesta,
bajo el sol abrasador del mediodía,
solo interrumpida por unas aves sedientas
que bajaban hasta la orilla y lo despertaban.

Luego levantaban vuelo,
se unían a la bandada que navegaba
entre nubes esponjosas,
que de tanto en tanto, al cielo oscurecían.

Pero, la calma era una impostura,
ese río con actitud de lago manso,
comenzaría a inquietar a sus aguas
cuando una lluvia pertinaz arreciara.

Y comenzó lo que tanto se temía
las aguas iniciarían su danza,
escalarían las rocas disfrazadas
de altas e irregulares barrancas.

La aparente tranquilidad había acabado.


Llegó la inundación al pueblo,
que tenía a su río 
como preciado regalo
pero también, como enemigo a veces.

Vendrían días para el éxodo
cada quién intentaría salvar algo,
el agua era la protagonista absoluta
no había espacio para indecisos.

Quién diría, aquel río con cara de amigo,
embraveció su rostro, alborotó a sus aguas,
llegó hasta la plaza central del pueblo
y atemorizó a quienes con generosidad
ofrendaba todo,
 sin límites convenidos.


Viviana Laura Castagno Fuentes

                         

EL DEVASTADOR



El dolor, es un intruso,
que sin cursar invitación,
un día, el más impensado,
hace su aparición.

Es experto en destrucción,
es tornado inesperado,
desperdiga nuestros restos,
nos quita poder de reacción.

Habíamos armado el tablero,
con cada pieza en su sitio,
pero un puñetazo artero,
mutó la armonía en desconcierto.

Hoy está aposentado,
generó un vacío inmenso
en un alma sorprendida
que en desasosiegos, está sumida.

Tiempo, solo el tiempo,
construirá lo devastado dentro,
unirá con paciencia las piezas
de un rompecabezas inerte
que un gran dolor ha destruido.



Viviana Laura Castagno Fuentes 
       

¡CÓMO DUELE!



Cómo duele la vida a veces,
es como si se desplomara
sobre nuestra cabeza, el cielo,
y desparramara una a una
a sus ateridas estrellas,
sobre un sorprendido suelo
que no logra sostener
nuestras vacilantes pisadas.

Cómo se nos estruja el alma,
cuando aprietan las heridas,
están allí desangradas,
esperando a quién acuda
para intentar suturarlas.

Cómo duele la vida,
vamos sumando pesares,
algunos nos pertenecen,
otros nos son ajenos,
y en ese gran amasijo
lidiamos por fortalecer
la fragilidad de los sentimientos.

El fin es ser protagonistas,
de esta gran obra maestra
denominada por sabe quién "vida".


Somos a veces, artistas principales,
otras tantas, actores de reparto
y muchísimas otras, solamente extras. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

EL COMIENZO



Y comenzó su valioso derrotero.

Sus vacilantes pies, van en busca de la vida,
hasta ayer nomás su límite, su todo,
tenían como protagonista 

a los barrotes de su amorosa cuna. 

La madre llora, amasijo de alegría,
imbuido de tristeza y miedos...
su niño frágil, inició el vuelo
sus pisadas inestables
son las cómplices que acompañan
la búsqueda de una libertad incipiente.


Son procesos naturales, evolutivos.


Ayer era tan vulnerable, tan tierno,
ahora está en la línea de partida,
iniciando el más apasionante de los viajes
ni más, ni menos, que el de la milagrosa vida.


Viviana Laura Castagno Fuentes