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domingo, 8 de diciembre de 2019

SÍ, HAY QUE CUIDARLAS



Hay que cuidar a las palabras,
ellas nuestro mundo interior testimonian
—aunque a veces no lo percibamos—
reflejan con enorme precisión 
nuestra naturaleza humana.


Una palabra amorosa resarce
a quienes la vida los ha olvidado,
—y hasta puede ser la analgesia— 
cuando expresada en el momento justo
logra suturar heridas recién infligidas.


Cuidar a las palabras es un reto,
ellas pueden ser un estoque
—cuando sin sutilezas nos expresamos—
o poseer la habilidad manifiesta
para restañar las aflicciones
y acariciar, cuando arrecian vendavales.

Viviana Laura Castagno Fuentes

SUS LÁGRIMAS

            

Amo la ductilidad que posee la natura,
es sobria, aún manifestando sus tragedias.

Cuando sus pesadumbres libera,
llora mutando en cataratas de aguas,
para que imaginemos, que es una ofrenda más,
de las tantas a las que nos acostumbramos.

Pero si muy dentro de ella escudriñamos,
intuiremos sus dolores que son muchos,
eligió disfrazarlos de maravillosos dones
porque aun sufriendo, nos está enseñando.

Cada fenómeno natural que incluye al agua,
son lágrimas de la natura, mimetizadas;
un río, el mar, las cascadas, son sus pesares,
devenidos en extraordinarios 
espectáculos terrenales.

Viviana Laura Castagno Fuentes

GRACIAS A LAS LETRAS

                           


Muchas veces me pregunto: ¿Por qué escribo?
Y la respuesta no tarda en llegar,
escribo porque es un placer primero y una ingente necesidad luego.

Ya lo he expresado otras veces, amo el idioma castellano, estoy subyugada por su enorme riqueza, su ductilidad y percibo que las vocales y consonantes recorren con gran libertad cada intersticio mío.

En mi mente se gesta la magia, es allí donde comienzan las letras a inquietarse y después exigen la libertad merecida, que se disfraza de cuentos unas veces, de poesías y relatos muchas otras.

Escribir —placer y necesidad imperiosa— se funden inevitablemente, no hay manera de hallar el sitio exacto para descubrir el momento puntual de esa simbiosis.

Cuando en mi alma hay desasosiegos y no hay espacio donde asirse, ella invita con gritos silenciosos a las letras y les solicita que la liberen de la prisión en la que habita.

Bienvenidas sean estas asistentes de emergencias —las letras— se dan cita en la mente, ponen en acción sus protocolos con carácter de urgencia y me salvan la vida todo el tiempo.

Agradezco este don o esta tenue habilidad para estas cuestiones de la escritura, posibilitan que amanezca cada día y mute mis desazones en renovados bríos para volver a enamorarme de la vida.


Viviana Laura Castagno Fuentes. 


SANACIÓN

                                    
Escribir es un grito donde cohabitan el profundo silencio y la absoluta soledad.

Siento que puedo trocar un jardín mustio, con ropaje raído que despojó el invierno, en una primavera prolífica y grácil.

Puedo correr el telón de nubes amenazantes para descubrir un cielo azul profundo y desperezar a la luz de un sol balbuceante.

Es desatar los nudos que atosigan al alma, para liberarla utilizando tan solo palabras sueltas, amalgamadas en frases y también solitarias muchas veces.

Escribir es reinventarme a diario, instalar la paz, la calma,  justo allí donde yacen las tribulaciones.

Es pintar colores en los grises, secar lágrimas y pergeñar sonrisas en espacios donde el llanto dejó marcadas sus tozudas huellas.

Es sentir que puedo cautivar los sentimientos y acariciar sensibles almas aunque solo sea por un fugaz instante.

Escribir es ponerle alas al pensamiento, emanciparlo y ayudarlo a emprender el vuelo hacia ignotos universos.

Es definitivamente proponer belleza donde el mundo impone lo prosaico,  porque olvidó que para construir nuestra alma a esta vida hemos llegado.


Viviana Laura Castagno Fuentes



PINTAR LA VIDA



El pincel es su lápiz,
en su mano dúctil
interpreta como nadie
lo que exhibe la natura.


Es una escritora, una poetisa,
no utiliza letras, sino formas,
a las que disfraza hábilmente
con los más hermosos colores.


Plasma con calidez y ternura,
bocetos, apuntes mudos,
que aguardarán el instante
para mutar con solvencia
en la mejor obra de arte.


Es una pintora innata,
sin aprendizaje previo
sin talleres, ni profesores,
es su alma pura
la sutil herramienta,
que la convirtió
en tan exquisita artista.


Sus obras son demandadas
pero no piensa en valores,
su gozo es dar rienda suelta
a su mundo íntimo
que de pasiones, bulle.


Viviana Laura Castagno Fuentes

TRIBULACIONES



Tiempos de noches largas,
de miedos disfrazados
que se visten de risas
para silenciar al llanto.

Tiempos con preguntas
que claman respuestas,
gritos que navegan
aguas turbulentas.

Días que desnudan
aunque esté vestida,
cielos refulgentes
que oscuros se tornan.

Tiempos decisivos,
dolorosos, pedagógicos.
Tiempos en que la vida
y la muerte se entrecruzan.


Viviana Laura Castagno Fuentes

PRISIÓN EN EL ALMA



Vivir con prejuicios
es encarcelar a la mente,
impedir su vuelo sublime
segar sus alas para siempre.

Es soterrar a las aves
creadas para ser libres,
condenarlas a la condena
de una prisión inexplicable.

Vivir con prejuicios
es poner cerrojos prietos, 
otorgar cadena perpetua
a los dúctiles pensamientos.

La mente es creatividad siempre,
no debería asilar a los dogmas,
es caminar con pesados grilletes
que a las almas enmudecen.

Los prejuicios cancelan todo,
nos detienen cual raíz a la tierra,
nos impiden ver praderas fértiles
mutan flores bellas, por maleza tiesa.


Viviana Laura Castagno Fuentes

PROTEGIDA

       

Está recostada, plena,
sobre las páginas abiertas
de cientos de libros
que se esmeran en acunarla.

Ella se entregó confiada,
sabiendo cuánta paz hallaría
sobre sedosas páginas escritas
que su cansancio arroparían.

Se sentía una reina,
jamás imaginó que dormiría
protegida por libros ignotos,
que despertaban a almas dormidas.

Amaneció, desperezó su fino tallo,
abrió sus pétalos con suma elegancia,
desenredó sus hojas cual brazos,
esparció la más exquisita fragancia...
gestos todos para decir: ¡Muchas gracias!


Viviana Laura Castagno Fuentes

ENTRE RUINAS

      

Intuía, le dictaba su sabiduría,
su jardín preciado, por ella cultivado
con prímulas, rosas, lilas y jacintos,
amanecería un día despojado.

Sabía, su alma le decía
que tanta belleza y esplendor
tenía sus días contados,
y a ella, el miedo la paralizó.

Sus amadas flores, sus obras,
hoy yacen entre escombros,
manos destructivas, mentes erráticas,
le arrebataron sus sueños todos.

Camina, sin rumbo, entre ruinas.


Es tan incomprensible todo,
deberá renacer desde la nada misma,
para sembrar, como lo hizo siempre
el más esplendoroso de los jardines.


Viviana Laura Castagno Fuentes

SIN LÍMITES



Ella sabe:
que logra cruzar bravías fronteras,
subir a una mullida nube
para atisbar el mundo desde las alturas.

Sabe también:
que puede nadar en mares,
escalar montañas, correr por valles,
para deleitarse, bajo vetustos pinares.

Y sabe:
puede vivir un amor de novela
poner colores sobre los grises
o trepar muros cual enredadera.

Sabe ella:
no hay límites para sus fantasías,
hoy es reina, mañana astronauta,
con la ayuda de un papel, una lapicera
y la inspiración por letras ataviada.


Viviana Laura Castagno Fuentes

¡QUÉ VIAJE!


¡Qué viaje este el de la vida!

Somos pasajeros eternos,
de nada dueños
de todo inquilinos
—hasta del cuerpo—.

Entonces: ¿Por qué la soberbia?

Si al final de la travesía
todo será devuelto,
y como nacimos, nos iremos
despojados de todo materialismo.

El dinero, el poder omnímodo,
las posesiones, títulos,
son solo cosa nimia,
cuando vivos, nos separa,
cuando muertos, nos iguala.

¡Qué viaje este el de la vida!


Vivir negando a la muerte
creer que nos sobra tiempo
proyectar siempre a futuro
naufragar en el presente.

¡Qué viaje este el de la vida!


Viviana Laura Castagno Fuentes