Amiga, el silencio no es olvido -es solo un paréntesis- la vida impone sus reglas
aunque a veces nos disguste.
Amiga, estás presente siempre, aunque montañas, selvas y mares nos separen,
nos alejen físicamente.
Confieso que soy una amante de la naturaleza, pero me rebelo últimamente,
porque la distancia -es una daga en el pecho- una situación irresuelta.
Sería tan maravilloso, que la vida nos ofrezca un día la oportunidad de conocernos.
Parece una contradicción, pero deseo escribir esta carta y enviarla dentro de un sobre
como lo hacíamos antes -hasta el papel perfumábamos- era todo un gesto y más que eso.
Era un obsequio, que acotaba la distancia y la atenuaba.
Esto de la tecnología es tan ambivalente, tiene sus bondades, sus ventajas diría,
pero también es perversa.
Porque cuando las almas están fusionadas reclaman el abrazo y las palabras huelgan,
son innecesarias.
Tal vez, el universo cómplice, nos dé un guiño y ese encuentro planeado sea realidad
en poco tiempo.
¿Quién puede saberlo?
Entretanto, quiero comentarte sobre mi ciudad: "Buenos Aires", si supieras lo hermosa que luce,
la primavera con sus fulgores -la ha iluminado con flores diversas- los jardines están de fiesta,
las calles y avenidas han estallado, los jacarandás parecen cuadros pintados por los más prodigiosos artistas.
El cielo es una paleta de pintor, a veces luce un azul profundo y otras un celeste transparente.
Es la primavera amiga, mi estación predilecta, por su magnificencia,
su generosidad única, su profusión de texturas, fragancias, colores.
A veces, recorro las calles y me embriagan aromas tan especiales,
parece que fueron gestados en un laboratorio secreto, integrado por gnomos especializados
en el arte de perfumar a las flores todas.
Intuyo, mientras lees esta carta -creerás que perdí el juicio- y estarás riendo a carcajadas
porque te conozco.
Pero no, la ciudad luce esplendorosa, tendrás la oportunidad, sabrás que es cierto
y dirás: "tenía razón, no estaba loca".
Por ahora, allí van mis abrazos a tu alma, los envolví con papeles satinados, color violáceo.
Hasta pronto amiga, cuídate mucho por favor y renueva las esperanzas en que un mañana
mejor, aún es posible, aunque sientas que estás dentro del túnel,
al que no le atisbas la salida todavía, pero está, viene gestándose para liberarte.
Viviana Laura Castagno Fuentes