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miércoles, 22 de mayo de 2024

UNA SUTIL INTERPELANTE

 

La poesía tiene capacidades ilimitadas, hasta diría, de tan polifacética, es una artista casi.

Ella sabe ocultarse entre el plumaje iridiscente de un diminuto y elegante colibrí, nos mira desde la gota de rocío que olvidó la noche sobre un pétalo —aun dormido— de una margarita, nos contempla —con discreción— envuelta en una suave brisa de primavera y hasta logra mimetizarse con las sinfonías que las avecillas entonan.

Ella es así, tan dúctil, tan versátil, pero no es indolente, sabe también involucrarse con las tragedias tan humanas y tan dolorosas desde siempre. 

Ama hablar sobre el amor, el que genera plenitud, pero también sobre el que corazones deshace, es quién busca restañarlo muchas veces, cuando desde sus versos las palabras enaltecen y son prodigiosas asistentes de emergencias.

Pero, cuando la mentira, la vulgaridad, la violencia, el odio, el resentimiento y la injusticia que políticos infames y corruptos instalan y nuestros sueños arrebatan, es justamente allí donde la poesía muta, sufre una transformación y se torna implacable, porque se convierte en un grito de auxilio, clama por una humanidad más atenta, más ecuánime y humanizada.

Y no me digan que es una dama débil, durante siglos han minimizado su poder para comunicar y es ella justamente quién posee una capacidad de síntesis como ningún otro género.

Ella, chiquita, hasta frágil a veces, logra dar sus estocadas para despabilar a almas que adormiladas viajan, cuando sus versos transmiten las ingentes tragedias en que la humanidad está sumida.

¿Débil la poesía, frágil ella?

No, se equivocaron los hombres, se equivocaron cuando a su alma abandonaron, ignoran que es nuestra fuerza motriz y por ella en esta vida estamos.

Pero, la poesía no se equivoca, es la dueña absoluta de aquellas verdades que la humanidad en ocultar se empecina, de los odios que paren guerras, de los amores que naufragan y hasta de la malicia que en tantos corazones decidió instalarse.

¿Débil la poesía, ilusa ella?

Es una estupenda interpelante, que logra estampar unas cuantas verdades a una humanidad deshumanizada que —en absoluto estado de desconcierto y ausencia-— el inefable viaje de la vida
está realizando.

Viviana Laura Castagno Fuentes

NOS MIENTEN

 

Nos están mintiendo, vida,
hay verdad oculta

para que los miedos
a todos nos anquilosen.

Nos están mintiendo, mucho,
para que no actuemos,
somos necesarios 
en cautiverio y anestesiados.

Nos están mintiendo a todos,
es una amalgama compleja
hay complicidades tantas
y el mundo se están repartiendo.

Nos están mintiendo y duele,
la verdad es la única cura,
nunca ganó nada la mentira,
con ella siempre perdimos todos.

Nos están mintiendo, vida
y debo ser muy sincera,
porque algo dentro de mí 
están matando cada día.

Nos están mintiendo,
no desean la libertad
fue un ardid solamente
el poder los aguardaba.

Nos están mintiendo, vida,
pero llegará el final
-nada dura para siempre-
y la verdad saldrá airosa.

¿Nos seguirán mintiendo?


Viviana Laura Castagno Fuentes