Llévate a la oscuridad
y a las cerrazones,
—no las traigas todavía—
deja a los colores
rutilar sobre las corolas
no los secuestres
ni los cohibas —te sugiero—.
Atenúa si deseas
torna difusos los límites
aunque me confunda,
pero a las tonalidades
caprichosas y tenaces
que el inmarcesible mar exhibe
—déjalas incólumes—
sobre ellas, no incidas.