La escritura
inaugura espacios nuevos
donde el goce
su plenitud despliega.
Existe un romance
con las palabras,
una búsqueda incesante
de la belleza
—aun cuando el dolor anida—.
Es un permiso,
una relación simbiótica
entre la mente
que apabullar sabe
y el alma que la domeña.
La escritura
es la terapia atinada
donde cómodamente navegan
el desgarro y la analgesia
—en una mar de letras—
que a los naufragios evitan.
Viviana Laura Castagno Fuentes
El camino
es siempre un albur
no tengo injerencia alguna
y el no me necesita.
Solamente
suelo evitar lo sinuoso,
elijo la planicie
porque cierta paz asegura.
Pero soy consciente
de que me sorprenderán
declives y bifurcaciones
empecinados en desafiar mis límites.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Me asomo
a los bordes disímiles
que supo esculpir tu ausencia
y la zona horadada que veía
está difusa, como si hubiese
desaparecido...
¿o será tal vez una escaramuza?
Tiene asomando ahora
a la pertinaz escarcha
—tan fría como puntual—
que espera muy sutilmente
a la tibieza segura
que traerá la primavera
cuando a sus esplendores despierte.
Viviana Laura Castagno Fuentes
