Cada vez, cada momento,
que decido extasiarme
ante este mar inasible
huelgan las preguntas
y se ausentan las respuestas.
Porque nada es lo que parece,
no es una masa de agua
atizada por el son del viento,
es una entrega, una desmesura,
arrulla en sus gentiles entrañas
el cansancio, el hastío, los sueños,
de quienes viajan hasta él
para resarcir dolores viejos
y también los recién estrenados.
Él sabe como nadie
apaciguar las desazones,
mengua los ímpetus citadinos
invita a mirar hacia adentro,
allí donde nuestra alma nos convoca
¿Qué posee el misterioso mar
que no ostente un río o una laguna?
Él tiene garra de gigante,
regazo amparador de madre
es espíritu devenido en agua
-caben en él tantas historias-
es un vasto útero, un nido,
tal vez, allí resida el argumento
para que tantas almas lo elijan.
es un universo en sí mismo
y aparecen las respuestas exiliadas:
al río, al río le falta espacio
espacio que al mar le sobra.
Viviana Laura Castagno Fuentes

