Desearía decir
"que ya no dueles",
porque la sutura
urdida por mí
ha sido todo un éxito
y que la herida infligida
por tu adiós inesperado
está cicatrizando.
Pero...
sería una impostura
para el afuera
solamente,
y me estaría generando
un daño irreversible,
porque aquí dentro
se aposentó con ínfulas
una demolición
que ha arrasado
con todo a su paso
y no ha dejado nada
indemne.
Estoy intentando
todo...
evoco nuestros momentos
todos...
los plenos, los difíciles,
pero no alcanza
te confieso,
vuelve el dolor
atiza con ímpetu
y la respiración
se me dificulta.
Debería escribir
un libro
y lo titularía
"Cómo sobrevivir
cuando una Madre
ha partido",
tal vez sea
una alternativa
para intentar
sublimar tanta tristeza,
así podré
restaurar con solvencia
la demolición
que está aposentada
aquí dentro
con ínfulas
y por ahora...
con renuencia
a irse.
Viviana Laura Castagno Fuentes
