Querida vida, aquí estamos, a tu merced.
No hay arrepentimiento alguno,
todo lo que debió suceder ha sucedido,
han sido exámenes, a veces aprobados,
otros tuvimos que rendir de nuevo,
pero no existen reclamos.
Eres lo que nos sucede, así de sencillo.
No posees carteles de peligro,
no existen matafuegos para tus incendios,
ni analgesia para tus dolores intensos.
No hay paradas para bajar,
porque si nos detenemos, perdemos,
sigues, sin pausa, a buscarnos no regresas.
Comprendí vida, todo llega, todo pasa;
somos tan frágiles, tan indefensos,
que una suave brisa inesperada,
logra hacer naufragar a nuestro navío.
Viviana Laura Castagno Fuentes
