Se equivocó la luna anoche
o tal vez estaba distraída,
porque un viento fuerte y ruidoso
con tenacidad azotaba la costa
de un pueblito tranquilo y amable.
Perdió estabilidad, cayó al vacío
y despertó a todos los habitantes
y mientras su búsqueda iniciaban
unos búhos apresurados llegaron
porque en un estanque la vieron.
El pueblo solidario se organizó
y salió para lograr rescatarla,
la luna pertenece al cielo
es la luz que sus noches alumbra
y dentro del agua estará asustada.
Y ahí estaba, mojada y aterida
reclamando la ayuda necesaria,
ella no nadaba, temía enfermarse
y que el pueblo sin su luz quedara
¡Sería un desastre vivir a oscuras!
Los sauces, que son llorones,
pero son árboles muy amorosos
hundieron su cabellera en el río
para que por sus troncos doblados
pudiese trepar la timorata luna.
Los amables habitantes la guiaron
para que no cayera en el río
mientras a las nubes solicitaban
que una escalerita armen
para que la lunita al cielo vuelva.
Y regresó, con pasitos lentos,
por unos escalones suaves
que las nubes le prepararon,
agradeció a todos desde arriba
mientras su luz, al pueblito volvía.
Es la vida, cuando hay problemas
entre todos debemos ayudarnos,
hoy estuvieron los árboles llorones
los búhos atentos, las nubes
y la bondad de todo un pueblo.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















