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miércoles, 24 de abril de 2019

ELLA Y YO



Hablo mucho
con la natura,
percibo que me escucha,
y hasta sus respuestas capto.

Dirán que perdí el juicio,
—y tal vez estén en lo cierto—
porque hay que olvidar un rato 
a la mente, para liberarse. 

Siento la voz del alma,
de un animal, de una flor,
de las aves y hasta de un árbol.

No es un diálogo convencional,
se parece más a un sentimiento,
ellos son nuestros compañeros
y nosotros junto a todos
estamos realizando el viaje.

Que es diferente, pues tiene
otros ritmos y otros tiempos,
y aunque del don del habla
carezcan, 
no son intrascendentes
solamente son otros.

Somos todos importantes
cada quién cumple sus roles,
—amo hablar con mis flores,
—con mis elegantes plátanos
—con mis aves y su prodigioso canto
—con mi perrita atenta y grácil, 
que sobre amor me enseña tanto.

Diálogos que se comprenden
abriendo las puertas del alma, 
callando a la mente mercenaria, 
para que de paz el corazón se empape. 

Viviana Laura Castagno Fuentes 

CIELO ENMUDECIDO


El cielo está apagado, taciturno,
sin luces, sin brillos, sin nada
—con apariencia de precoz noche—
el silencio se adueñó de todo. 

Calló a las aves y al viento,
no hay sinfonías, ni aleteos,
—están atemorizadas todas—
en algún reparo seguro
hasta que la incertidumbre
su tozudez mengüe.

Es una sensación extraña,
el sol ocultó sus bríos
—como si algo nos arrebatara—
cambian las actitudes,
las risas mutan a gestos adustos.

Majestuosa y mágica naturaleza
despeja de nubes tristes al cielo,
—píntalo, haz gala de tu arte— 
solo ello hará retornar los cantos
y los rostros enjutos, serán otros. 


Viviana Laura Castagno Fuentes