Hablo mucho
con la natura,
percibo que me escucha,
y hasta sus respuestas capto.
Dirán que perdí el juicio,
—y tal vez estén en lo cierto—
porque hay que olvidar un rato
a la mente, para liberarse.
Siento la voz del alma,
de un animal, de una flor,
de las aves y hasta de un árbol.
No es un diálogo convencional,
se parece más a un sentimiento,
ellos son nuestros compañeros
y nosotros junto a todos
estamos realizando el viaje.
Que es diferente, pues tiene
otros ritmos y otros tiempos,
y aunque del don del habla
carezcan,
no son intrascendentes
solamente son otros.
Somos todos importantes
cada quién cumple sus roles,
—amo hablar con mis flores,
—con mis elegantes plátanos
—con mis aves y su prodigioso canto
—con mi perrita atenta y grácil,
que sobre amor me enseña tanto.
Diálogos que se comprenden
abriendo las puertas del alma,
callando a la mente mercenaria,
para que de paz el corazón se empape.
Viviana Laura Castagno Fuentes
cada quién cumple sus roles,
—amo hablar con mis flores,
—con mis elegantes plátanos
—con mis aves y su prodigioso canto
—con mi perrita atenta y grácil,
que sobre amor me enseña tanto.
Diálogos que se comprenden
abriendo las puertas del alma,
callando a la mente mercenaria,
para que de paz el corazón se empape.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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