Deseo ser una flor, una especial,
pero no disfrutar como tantas otras,
de la comodidad de un jardín,
que tiene a su hábitat preparado.
Deseo ser una flor que medre
en condiciones extremas,
con la anuencia de la naturaleza,
que implique un desafío individual.
No por soberbia, sino por curiosidad:
¿Cómo es florecer sobre una piedra,
sin los pies empotrados en blanda tierra
y raíces lidiando con la resistencia?
Es un acto de osadía, de hidalguía nata,
en la soledad absoluta, la piedra y la flor,
ofreciendo una clase magistral, única,
de amor entregado a la superación.
Sí, definitivamente, deseo ser esa flor,
alegrar a una roca solitaria y gris,
cuando mis pies en raíces devenidos,
desplieguen el instinto por sobrevivir.
Viviana Laura Castagno Fuentes
