La vida
me fue enseñando
quién sí
quién no
y quienes nunca.
Solamente
hay que bucear
muy dentro
para percibir
esas respuestas
sabias
que en silencio
nos esperan.
La mayoría
medra
en nuestras primaveras
y desaparece
como por arte
de magia
en nuestros
gélidos inviernos.
Y la conclusión
es tan simple
y llana:
se quedan
los mismos
los que nunca
se han ido,
porque
los otros...
en aguacero
de estío
"previsible e
intrascendente"
quedan reducidos.
Viviana Laura Castagno Fuentes
