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jueves, 18 de abril de 2024

NUESTRAS FRAGILIDADES

 


Somos hojas a la deriva, esperpentos,
-cuando las devastaciones arrecian-
somos aves con el plumaje mojado
porque el cielo nos desdibujaron.

Somos la vulnerabilidad absoluta
cuando las desazones se instalan,
es un alud imprevisible y atroz
sobre nuestras cabezas cayendo,
es la mar entera, indolente, 
nuestras playas inundando.

Somos niños sobre arenas movedizas,
somos árboles de cuajo arrancados,
nada hay indemne, todo está leso,
cuando en nuestro universo, antes quedo,
irrumpe la vida con sus inevitables tragedias.

Viviana Laura Castagno Fuentes

NO ME AGRADAS "MAR"

 

Eres un enemigo,

me intimidas,

eres tan vasto, 

sin límites, sin riberas,

y en amenaza te conviertes.


No me agradas,

me quitas el sustento,

no existe seguridad alguna,

eres masas de aguas ominosas

que borran todas las certezas.


No te quiero mar,

adoro al río, me apacigua,

en él poseo mis anclajes,

desde una margen 

oteo con placer la otra,

y lo imprevisible, se esfuma.


El mar y el río, 

universos tan opuestos,

maravillas naturales,

uno es inasible, infinito,

el otro exhibe sus orillas

que a las certidumbres todas

-consolidan-.


Viviana Laura Castagno Fuentes

NOEMÍ

 

-Estoy como puedo-, fue su respuesta.

La pregunta había sido, -¿Cómo estás?-

Y ella me dejó atónita, pensativa,
clausuró mi entendimiento,
creí que su privacía
sin anuencia, había vulnerado.

-Estoy como puedo-, fue su respuesta,
y aún continúa mi discernimiento
porque es analizar la vida
desde su lugar, no desde el mío.

Comienza a llegar más claridad,
está en el umbral de los noventa años,
hay que escudriñar en su alma libre
que no concilia con el presidio
en el que habita su cuerpo.

Tiene una memoria prodigiosa,
su pasado es su presente
y para comprender su derrotero
hay que viajar junto a ella
hacia el arcón de sus recuerdos.

-Estoy como puedo-, fue su respuesta.

Luego de dilucidar de a poco
conseguí inmiscuirme en su alma,
donde residen sus ingentes historias,
ahora sí comprendo por qué
ella está como puede y no como desearía.

Viviana Laura Castagno Fuentes

¿OTRA VEZ LA CORRUPCIÓN?

 

Si leemos o escuchamos hablar sobre ella,
es en apariencia, una palabra más en el diccionario.

Pero si nos adentramos en su esencia más profunda,
debería espantarnos, es el indicio inequívoco del abismo,
es una tragedia que corroe y atraviesa como un estoque
a todas las manifestaciones humanas,
porque se hospeda en el alma.

Es impiadosa, no discrimina edades, ni instituciones, ni culturas,
es un virus maquiavélico y se propaga justo donde halla su hábitat.

Ha socavado las bases morales, los valores donde anclábamos 
todas nuestras relaciones, es un síntoma que manifiesta,
cuán enferma está la sociedad toda, sin distingo alguno,
es una mala hierba, que ha segado la vida en magníficos vergeles.

Tiene implícito a los más dañinos vicios humanos,
donde está ella, anida la mentira, la malicia, 
nada deja indemne, porque es esa su naturaleza,
destruye relaciones valiosas, desprecia a la vida,
es nuestra asignatura pendiente y lo será siempre,
mientras aceptemos y naturalicemos
a la corrupción perversa.

Si pudiese eliminarla del diccionario, sin hesitar, lo haría,
pero como es patrimonio de los humanos, en ellos medra,
es el hombre quién deberá arrancarla primero de su alma,
porque mientras more allí "las sociedades estarán perdidas".

Viviana Laura Castagno Fuentes

¿NOS EQUIVOCAMOS?

 

Se ha apoltronado otra vez
la malicia por doquier,
junto a sus adláteres
la mentira y el desdén
inclaudicables amos y siervos.

Es el síntoma inequívoco
de almas atormentadas,
que no han sabido trascender
hacia el amor y cegadas por el odio,
intentan negar la belleza de la flor.

La maldad erosiona a quién la aloja,
pero también aniquila de a poco
a quienes por ignaros la aceptan,
la naturalizan y hasta le temen.

Posee la habilidad para confundir
a toda una sociedad 
-aun disímil, aun heterogénea-
mientras la paz sin piedad le arrebata.

A diferencia de la bondad 
-que es sigilosa-
la maledicencia en el poder
es profundamente ruidosa y altanera
busca la inestabilidad, la confusión,
porque generar daños irreversibles
es y será siempre su naturaleza.

Viviana Laura Castagno Fuentes