Podrás darme
miles de argumentos
para retardar mi éxodo,
pero te confieso amigo
es un imposible,
un intento vano.
Y agradezco con mi alma
que hasta mutes
con enorme eficiencia
los dones infinitos
que posees
para convencerme.
Es tarde amigo mío,
tuvimos ambos
nuestro idilio inigualable,
pero cuarenta años
nos cambiaron a ambos,
yo te esperaré siempre
porque no he de olvidarte,
pero ahora devenido
en un mar inconmensurable.
Viviana Laura Castagno Fuentes

