El provecto y férreo sauce
se ha rendido —parece—
a los embates tozudos
de un pertinaz viento.
Agita su larga cabellera
cediendo a los caprichos
—de un otoño en fuga—
que insiste en desnudarlo.
Si sabrás amigo sauce
sobre despojos inevitables,
—cuando mozo resistías—
hoy, la entrega es tu respuesta.
Los vestigios de tu cuerpo
yacen por doquier, desordenadas,
—ellas que hasta ayer nomás—
garantizaban tu existencia,
hoy, en alfombra crujiente
han devenido.
Viviana Laura Castagno Fuentes
