Mientras haya un sólo niño pobre,
—hablará del fracaso de la humanidad toda—
de las acciones ambiciosas e indolentes
que en nombre de la paz pactan guerras.
Un sólo niño pobre es una indecencia
—y son millones habitando el mundo—
víctimas indefensas, mudos testimonios,
de la opulencia, maldad y desdén ganando.
No hay explicación, ni argumento válido,
más pobres en la inhumana pobreza
—es aumento perverso de la vil riqueza—
que se reparte día a día en menos manos.
Me cuesta mucho comprender al hombre,
¿para qué sirven "honorables instituciones"
que dicen discutir sobre pobreza y hambre
y a cambio aumentan dinero para la guerra?
Viviana Laura Castagno Fuentes
