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sábado, 2 de marzo de 2019

LÍMITE A LA PRUDENCIA


Ella se atragantó tantas veces
con las palabras que no expresaba,
sentía como se asilaban en el pecho
y allí, a quedarse las obligaba. 

Había aprendido desde muy pequeña
—el arte de la prudencia—
que los adultos le inculcaron
y responder —era una irreverencia—.

Pero la vida, —esa docente atinada—
le fue explicando con experiencias
que expresar lo que nos ofende
y lo que —nos lacera el alma—
es absolutamente necesario. 

No reiterará los mismos yerros
ni morirá asfixiada por palabras, 
ni siquiera por una sola letra 
que ose obstruir el aire que inhala.

Lo que sentimos, debemos comunicar,
comienzan siendo pensamientos,
se convierten en sentimientos
y si no los liberamos —perecen dentro—
y junto a ellos, fenecemos nosotros.

Viviana Laura Castagno Fuentes

¿DECIDIMOS NOSOTROS?

 
Y uno desglosa la vida,
como si quitara pétalos
a una trémula margarita.

Y nos quedamos sin flor, 
solo su pedúnculo dejamos 
y a una bella reina matamos. 

Eso nos enseña algo, 
dejemos ser a la flor
o jamás obtendremos el fruto.

Porque no podremos impedir
que la vida nos estruje 
ni podremos evitar lo inevitable. 

La vida es quién nos sorprende
somos una hoja al viento
y el viento elegirá hacia dónde.

Nosotros no decidimos nada
los imponderables nos escogen,
pero la soberbia nos obnubila.


Viviana Laura Castagno Fuentes