Mirando recién una foto tuya,
tomé plena consciencia,
—tardé en hacerlo y lo asumo—
porque necesitabas tu libertad, tu ámbito,
y por amor te lo arrebatamos.
Era amor o tal vez egoísmo no deseado lo que generó el equívoco,
si te hubiésemos entregado
a la libertad que tanto "husmeabas"
cabía el riesgo, de que serías incapaz
de defenderte, de sobrevivir solo.
Son las incoherencias humanas
y debo asumir las responsabilidades.
Nos ingresó un día, tu amor por el alma,
cuando un par de ojos profundos y escudriñadores
nos caló hasta lo más profundo.
Creímos que ofrendar un refugio
—donde el amor abundaba—, era la respuesta,
pero nos equivocamos sin desearlo.
Hoy, más vieja —o más adulta y tal vez más sabia—
debo pedirte tantas disculpas, tantas,
naciste para desafiar a los vientos,
para explorar los interminables campos
y de todo eso te privamos.
¡Cuánta ignorancia supina!...
porque te amábamos y aún lo hacemos.
En tu cielo de perro estarás esperando,
allí nos reencontraremos muy pronto,
fuiste un fiel compañero mi niño rebelde,
mi amado "cambá" olvidarte... no puedo.
Viviana Laura Castagno Fuentes