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jueves, 12 de diciembre de 2019

SI VIENES A MÍ



Si vienes a mí,
ven con verdades ataviada
ya no más con mentiras
las he tolerado por sobria,
pero ya no más,
me han hastiado.

Si vienes a mí,
sabrás que tus ambages 
tendrán selladas las puertas
y también las ventanas
solo verdades ingresan, 
solamente ellas.

Si vienes a mí,
tengo el abrazo presto,
pero lucirás genuina,
no habrá concesiones
porque he abrevado en mi viaje
y las argucias demolieron siempre
aparentes y férreas relaciones.

Si vienes a mí,
ven munida con verdades
o mejor, no vengas.

Viviana Laura Castagno Fuentes

¿CÓMO NO DESPEDIRTE?



¿Cómo no decirte adiós?
sería un dislate de mi parte,
una osadía, casi un atrevimiento,
si para mejorar la vida has llegado.

Iluminaste con esplendores únicos,
los patios, los jardines, las calles,
que había apagado con creces
el implacable invierno,
si hasta la vida 
en los mustios vergeles despertaste.

¿Cómo no decirte adiós, cómo?

Hoy, el tenue calor que trajiste ha mutado,
las flores están agobiadas
se precipitó el verano
-como si intentara exiliarte-.

 Decir adiós a mi estación predilecta 
es como arrancarme el alma,
es un arrebato,
prefiero decirte hasta luego
mi adorable y prolífica primavera.

Viviana Laura Castagno Fuentes

EN FUGA...

          

Cuando la inspiración se aleja,
cuando la orfandad se impone
salgo a buscar a mis musas,
las persigo donde sea, aquí y allá.

Porque cuando las palabras huyen
queda vacía mi mente,
es una playa sin arenas
un mar sin olas
un cielo huérfano de luces
y mi alma yace
en desasosiegos sucumbiendo.

Cuando ello sucede,
hay que salir en su búsqueda,
pueden estar sobre una roca inerte,
trepando junto a una enredadera
algún vetusto y solitario muro 
o viajando quizá sobre una hoja
que desgarró un viento irreverente. 

Mis musas son tan impredecibles, 
logran sumirme entera
en las más profundas desazones 
cuando hacia recónditos lares viajan
o restablecen la vitalidad a mi alma
cuando hacia mí con sigilo regresan.


Viviana Laura Castagno Fuentes

LÁGRIMAS ANQUILOSADAS



Las lágrimas, simbolizan tanto,
llevan adosado muy dentro
huracanes devastadores a veces
o también pueden asilar alegrías quedas.

Las lágrimas, portadoras de emociones,
asistentes con solvencia para exiliar dolores,
manifestaciones naturales, nuestros permisos,
que muchas veces la estolidez humana eclipsa.

Las lágrimas, transportan al pasado todo,
pero también al presente, aunque tácito,
lloramos por tanto, por tantos y todo,
y en cada lágrima emancipada
subrepticiamente, viajamos nosotros.

Viviana Laura Castagno Fuentes