A veces, se volatilizan los sueños,
nada es como parecía,
se nos desmorona el cielo
con sus sol y estrellas incluidos.
A veces, se bifurcan los caminos,
y de pronto aparecen otros, nuevos,
nos quitaron los carteles, los avisos
y lo planificado queda sin sentido.
A veces, las montañas imponentes
son cerros empequeñecidos,
las praderas fértiles, tan bellas,
se vuelven interminables desiertos.
A veces, las aguas mansas
