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martes, 1 de diciembre de 2020

LO INEFABLE


Entonces: ¿Qué somos?

Su pregunta estaba imbuida 

de dudas, era vacilante, 

pero albergaba expectativas 

certeras, válidas. 

¿Sabes?:

Seremos para siempre

ese sentimiento 

avasallante y dúctil, 

que se disfrazará 

de amor intenso 

algunas veces

y de apacible manantial 

con aguas mansas otras tantas, 

donde podremos abrevar 

sin remilgos ni fundamento alguno

porque sencillamente...

no será necesario. 

Seremos también, 

una suave brisa 

de primavera

acariciando los pétalos 

que recién despertaron, 

pero sabremos 

ser nevisca intensa

cuando vendavales sorpresivos 

arrecien.

Seremos tanto amor 

porque tanto hemos sido, 

dos amalgamas imperfectas 

hábiles en despabilar 

sueños viejos

mientras sueños nuevos 

edificamos. 

Y seremos el sol 

que encandila

al ave en su nido

recién estrenado

y también la luz diáfana 

de la luna

que sobre un espejo 

de agua translúcida

su beldad indiscutible presume. 

Seremos el cielo inconmensurable, 

ese que está 

al alcance de las manos

porque no existen

óbices que lo oculten.

En fin, denominemos 

a lo nuestro

como queramos:

Seremos ese amor 

que sobre intensidades sabe

cada vez que los pliegues 

de nuestra piel ardiente 

saciar su sed reclamen. 

Seremos almas libres

jugando a ser niños

cuando una noche  

con cielo estrellado 

nos invite gentilmente a 

escudriñarlo. 

Y seremos tanto amor 

porque tanto hemos sido,

una mixtura de complejidades 

-porque así es la vida-

no existen recetas magistrales

solamente las convicciones 

que llevarán a puerto seguro 

nuestras certezas y fragilidades. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

MI DESPEDIDA


Y te despido, 

pero debo ser sincera

no he encontrado la palabra

para definir esta suerte 

de amasijo de sentimientos

que solo perplejidades aportan.


Has sido un extraño en esta travesía

no puedo discernir todavía,

si te llevas a la humanidad contigo

con todas sus imperfecciones

o logras de alguna manera 

un resarcimiento precario

para que los hombres despierten.


Porque convengamos amigo,

no se han despabilado todavía

y están haciendo el viaje de la vida

en sus ombligos acurrucados.


¿Sabes qué deseo?


Llévate contigo todo lo adverso,

pero deja lo amable y auspicioso

porque si las maravillas naturales

se quedan para deleitarnos,

sería una improcedencia

no pedirte que las perpetúes.


Y te despido año viejo,

aun con tus complejidades

trajiste tus alforjas repletas de desafíos

y exigiste a la humanidad 

un cambio radical de paradigmas.


Tú te vas, quedamos nosotros,

o acordamos con el alma 

en ser buenos aprendices mañana

porque un eximio docente has sido,

o en el intento vano, feneceremos todos.


Viviana Laura Castagno Fuentes