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lunes, 28 de abril de 2025

NADA ES LO MISMO


Sabrás, porque me intuyes,

que estás mimetizada

en los suspiros y las lágrimas

que intento disimular 

cuando la soledad acicatea.


Sabrás, que me empeño

con enorme honestidad

en aceptar que la vida sigue,

pero, no es verdad, es mentira,

continúo respirando, nada más.


Sabrás, que la luna alumbra

con una luz diferente, difusa,

es la misma que mirábamos

mientras sus fases discerníamos

pero ahora, si es de noche o de día

es una nimiedad para mí.


Sabrás, que solo tu amor

—que día a día se agiganta—

es el gran inspirador de mis letras, 

porque has sido poesía viviendo

y continúas en mi alma 

perpetuada. 


Sabrás... 


Viviana Laura Castagno Fuentes

LA LUNA Y EL PUEBLO



Se equivocó la luna anoche 

o tal vez estaba distraída, 

porque un viento fuerte y ruidoso

con tenacidad azotaba la costa 

de un pueblito tranquilo y amable. 


Perdió estabilidad, cayó al vacío

y despertó a todos los habitantes 

y mientras su búsqueda iniciaban

unos búhos apresurados llegaron 

porque en un estanque la vieron. 


El pueblo solidario se organizó 

y salió para lograr rescatarla, 

la luna pertenece al cielo

es la luz que sus noches alumbra 

y dentro del agua estará asustada. 


Y ahí estaba, mojada y aterida 

reclamando la ayuda necesaria, 

ella no nadaba, temía enfermarse

y que el pueblo sin su luz quedara

¡Sería un desastre vivir a oscuras!  


Los sauces, que son llorones, 

pero son árboles muy amorosos 

hundieron su cabellera en el río

para que por sus troncos doblados 

pudiese trepar la timorata luna. 


Los amables habitantes la guiaron 

para que no cayera en el río 

mientras a las nubes solicitaban 

que una escalerita armen

para que la lunita al cielo vuelva. 


Y regresó, con pasitos lentos, 

por unos escalones suaves 

que las nubes le prepararon, 

agradeció a todos desde arriba 

mientras su luz, al pueblito volvía. 


Es la vida, cuando hay problemas

entre todos debemos ayudarnos, 

hoy estuvieron los árboles llorones 

los búhos atentos, las nubes 

y la bondad de todo un pueblo. 


Viviana Laura Castagno Fuentes