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domingo, 7 de agosto de 2022

¡DISCÚLPENME!


Intenté

evadirlas, 

para no lacerarlas,

si hasta parecía

una eximia atleta

cada vez

que mis pasos

en largos

y altos

se convertían.

Intenté

de todo

o casi todo

les confieso,

esforcé a mis ojos

y eso... 

eso es decir mucho,

para preservarlas

y no percibirme

como una indolente

o una vil asesina.

Pero... ¡No pude!

Fue tan infructuoso, 

tan complejo

el evitarlas, 

y heme aquí 

y ahora... 

sintiéndome

una displicente

una segadora

de la belleza,

de los dones

tan magnificentes

que ofrendan, 

porque cometí

un error imperdonable, 

una improcedencia

irreparable: 

"segué y herí de muerte"

a unas diminutas

y frágiles margaritas

silvestres,

que tímidamente

entre la grama

emergían

para deleitarnos, 

y las resumí

a despojos

que hoy 

sin vida yacen.

¡Discúlpenme!

Evité pisarlas, 

evité dañarlas

pero...

tengo pies

y en realidad...

¡Necesitaba

alas! 

que hubiesen

impedido

semejante masacre. 

¡Discúlpenme!


Viviana Laura Castagno Fuentes