Nada nos pertenece, nada,
todo nos fue dado en préstamo,
desde el cuerpo en que habitamos
hasta las vanas acumulaciones.
De nada somos dueños,
es una fantasía de la mente
y del ego, porque sin nada
de la vida nos iremos.
Pero a pesar de ello,
insistimos en seguir atesorando,
no hay límites, no hay parámetros,
ostentar posesiones es lo relevante.
El ser humano es reincidente,
la muerte es una perfecta docente,
nos vamos desnudos, como nacimos,
el viaje de la vida tiene otro mensaje.
Es el alma la gran respuesta,
para llenarla de amor vinimos,
pero la negamos, la evitamos,
por ignaros, displicentes y arrogantes.
Viviana Laura Castagno Fuentes
