Despierta ella,
trémula
con la dificultad propia
que los fríos imponen.
Tiene su cuerpo
elegante y fino
aterido todavía,
la intemperie le hizo daño.
No supieron
o no quisieron resguardarla,
y ella es una rehén
de una impersonal maceta.
Intenta con dificultad
sobrevivir con bríos
a una helada impiadosa,
que no dudará
en segar su frágil vida
si otra noche la sorprende
desvalida y solitaria.
Viviana Laura Castagno Fuentes
