Mi confianza en la raza humana
—languidece día a día—.
¿Y por qué debería ser diferente?
Desde que nací, hay guerras cruentas,
injusticias tantas, inequidades, mentiras,
y la deshumanización crece sin límites.
Cada quién cuida su espacio,
la solidaridad se minimiza
se imponen el poder, la avaricia,
por encima de los verdaderos valores.
No sirven para nada los organismos
por diferentes países integrados,
porque a la hora de la verdad
cesan las palabras, para dar paso
a las atroces voces de las metrallas.
Lo lamentable es que siempre triunfa
la malicia por encima de la nobleza,
se acumula el poderío en pocas manos
somos rehenes de planes perversos



