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sábado, 12 de enero de 2019

SOBRE TIEMPOS INCIERTOS



Es amanecer a oscuras 
porque el sol decidió un eclipse, 
es hundirnos en arenas movedizas 
aunque nos sostenga un suelo firme. 

Es un cielo nocturno
que perdió a sus estrellas,
es la mar inconmensurable,
sin sus olas, ni sus playas.

Es un dolor insoportable
que no tiene donde asirse, 
es el corazón congelado dentro
aunque el calor del afuera queme. 

Es escribir una carta,
sin dirección, ni destinatario,
es tener las manos llenas
de un vacío inexplicable.

La incertidumbre desnuda,
nos deja a la intemperie siempre
la mente mercenaria gana
y el alma ingenua y pura pierde.


Viviana Laura Castagno Fuentes

LA PARÁBOLA



Las lagunas con aguas mudas
fueron creadas para cumplir sueños. 

Para ser el espejo, por ejemplo,
donde se miren y solacen
el cielo, las nubes, la luna
y los árboles coquetos, 
porque sus pies inmóviles
a la tierra enraizados
no le permiten mirar sus rostros,
sin una laguna solidaria que los refleje. 

También, para que un bote reseco, 
logre saciar su sed en aguas mansas
cuando un alma itinerante 
a explorar sitios recónditos, lo invite.

O tal vez, la laguna está allí
para ser un deleite, una invitación, 
para algún pintor solitario
que ama plasmar en su lienzo
las maravillas de la natura
y la laguna sea su musa inspiradora.

Son tantos los argumentos
para que las lagunas quedas
existan sobre la tierra. 

¿Será un mensaje implícito? 

Para que una humanidad displicente
emerja de su ombligo con empatía,  
mire a la naturaleza tan pródiga
y ponga fin a sus despiadadas 
e incomprensibles ambiciones bélicas
que instalan desolación y muerte
en un planeta que nos fue prestado. 


Viviana Laura Castagno Fuentes