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viernes, 27 de diciembre de 2024

¿UN BALANCE?


Días que traen

una suerte de invitación

para esgrimir un balance

de lo que hemos vivido

aunque el mismo tenga 

una connotación fría e impersonal. 

Diré honestamente 

que no tengo medallas

que exhiban el éxito 

ni bonanzas materiales. 

Solamente aprendí 

a sortear con elegancia

esquirlas que aún abundan

porque supieron eludir

mis esmeros en el arte 

de la sutura permanente. 

Camino algunos días 

con el andar balbuceante

que ostenta un niño

cuando abandona 

los límites de su cuna. 

Me propongo no irradiar

la tristeza que se instala

con períodos de intermitencia

—para no incomodar a otros—

aunque mil disfraces urda. 

Escalo con dificultad

los fiordos privados e inasibles 

que se formaron muy dentro

y mi estabilidad dificultan. 

Pero también me deslizo

por tenues pendientes

que están habilitadas

con una suave gramilla 

y flores silvestres medrando. 

No, no hay logros, ni éxitos, 

sólo incipientes intentos 

que demandan de mí —todo—

en aras de una necesidad

por incrustar paz en mi alma. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 


CICLOS...

 

Cuando se acotan los caminos

cambian nuestras prioridades, 

se revelan las verdades 

se caen todas las máscaras 

porque no somos los mismos. 


Es la naturaleza del viaje

son lecciones concatenadas

y aunque escindidas parezcan 

—todo tiene que ver con todo— 

en el rompecabezas de la vida. 


No somos aquellos incólumes

viajamos lesos, con cicatrices 

que se pueden ver por fuera 

y otras tan íntimas y profundas

que se petrificaron muy dentro. 


Y todo se va aclarando 

menguan las idealizaciones

vemos al sol, —aun nublado—

cultivamos nuestros vergeles 

aunque el crudo invierno more. 


Cuando se acotan los caminos, 

—dejamos de hacer preguntas—

no hay espacio para reincidir

en nimias equivocaciones

porque las respuestas aguardan. 


Viviana Laura Castagno Fuentes