Permíteme estar rota,
deja que el dolor
se expanda
y dibuje en cada intersticio
mío...
las heridas
necesarias.
Permíteme que llore
cuando la tristeza atiza,
no encontré todavía
te confieso
porque he fallado
en el intento,
otra estrategia válida.
Permíteme el desánimo,
tengo un amasijo informe
de sentimientos
que se están reacomodando,
y sabes que no es fácil.
Permíteme no estar feliz,
déjame fluir cual río
para renovarme,
porque si me estanco...
el dolor no será
mi inquilino
será mi propietario.
Viviana Laura Castagno Fuentes

