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miércoles, 27 de marzo de 2019

SU CIELO...



La lluvia eran lágrimas,
de un cielo atribulado, triste, 
que de gris plomizo se vestía 
y sus angustias desahogaba.

Era lo que imaginaba, 
su amoroso candor de niña;
su cielo tan amado,
de tanto en tanto lloraba.

¿Pero qué aflicciones le aquejan,
al depositario de su imaginación, 
si ella cuando despliega sus alas, 
hasta sus nubes de algodón vuela?

Está afligido o tal vez enfadado,
los hombres le han hecho daño,
y él no tiene a su mamá 
para que lo arrulle en el regazo.

Ella lo mira, no hay respuestas,
entonces decide disfrutar,
chapoteando sobre las lágrimas, 
que su cielo triste, una tarde derramó. 

Viviana Laura Castagno Fuentes 

ELLA NACIÓ LIBRE


Intentar poner técnica
o parámetros a la poesía,
es no comprender cómo se gesta,
ella es el símbolo de la emancipación y
en espacios abisales tiene su génesis.

¿Quién se atrevería entonces
a imponer cerrojos o barrotes,
a lo que ha nacido cual aves,
para surcar cielos 
y no fenecer en jaulas?

Las palabras nacen libres
y buscan a quién las libere,
no debemos interferir para evitar
que sus alas se desplieguen
y hacia ignotos universos
su libertad persigan.

La técnica es para la ingeniería,
para la arquitectura y otras yerbas,
la poesía demanda sus potestades
y justamente el tecnicismo
allí no encaja.

Permitamos a las palabras fluir
con la integridad con la que nacen,
el alma las procrea muy dentro,
ellas establecen cuándo ver la luz
y es justamente allí
—donde las técnicas huelgan—
porque cuando habla el alma
enmudecen los planetas todos.

Sólo los corazones ávidos
pueden comprender el mensaje,
la poesía ha sido gestada
para acariciar almas
que intuyen la sensibilidad profunda,
su misión es solazar, cautivando
a quienes de tecnicismos están ajenos.


Viviana Laura Castagno Fuentes