Está triste el patio,
perdió a su protagonista
el magnánimo que ofrendaba
las ciruelas más exquisitas.
Lidió con gran estoicismo
tenía sus vulnerabilidades,
los años lo envejecieron
y ante la muerte no pudo.
Está muy triste el patio,
porque perdió a un amigo
su adiós dejó heridas abiertas
en otras especies arbóreas.
Hoy, hay un esbelto laurel
y un limonero claudicando,
se quedaron huérfanos ellos
porque su amigo el ciruelo
ante la muerte... no pudo.
Viviana Laura Castagno Fuentes
