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domingo, 25 de octubre de 2020

A LA DERIVA...


Mientras una lluvia pertinaz arrecia

más confusiones me amueblan, 

no se si estoy aquí o allá realmente

hay intermitencias que opacan

un presente que en el pasado vive.


No logro el reencuentro todavía,

se quedó mi alma aterida y sola

en medio de un viaje interminable

que no ha acabado aún,

y que no sé si acabará algún día.


Se siente como un naufragio, 

vientos huracanados arreciando

sobre mi nave tan frágil y vulnerable

no atisbo puerto alguno, ni reparo, 

se mudó mi cuerpo y se quedó mi alma. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

¿QUÉ MIRA ÉL?

Mira... 

¿Hacia dónde me pregunto?

Y las respuestas no aparecen

hay que bucear en espacios 

abisales 

porque es ahí donde moran. 


Mira...

Impone un respeto tácito, 

hay que ser muy precavida

él no exige nada a nadie

pero su actitud taciturna...grita. 


Mira... 

Su rostro viste una piel áspera

con arrugas que se precipitaron, 

por fuera es un viejo casi

por dentro, es un niño desvalido. 


Mira... 

Hacia la nada o el todo, 

se vistió el presente de pronto

con recuerdos atiborrados

de ausencias largas e 

incertidumbres. 


Mira... 

Es mejor dejarlo solo, 

él sabe sobre mutismos

sabrá también sobre palabras, 

cuando su alma sabia... hable. 


Mira... ¿Hacia dónde? 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

VIDAS SIMBIÓTICAS


Un barranco desliza su falda

de tierra sedienta, ávida, 

hasta las meditabundas aguas del río 

que en silencio absoluto, espera. 


Y las aguas, responden la demanda, 

escalan con ímpetu hasta lo alto 

suturando las heridas aún abiertas

que soles estivales desgarraron. 


El río y la tierra, 

una relación simbiótica como tantas, 

pero a su vez es única, 

cuando la falda agrietada se entrega

para curar dolencias viejas, 

pero también las recién infligidas. 


Viviana Laura Castagno Fuentes