La vida,
ese interregno perpetuo
entre dos misterios.
La vida,
un oasis, un reparo,
para nuestras inclemencias.
La vida,
un jardín pletórico
embriagado de fragantes glicinas.
La vida,
una amalgama de adioses
una retahíla de despedidas.
La vida,
senderos alternativos
si los caminos se obstruyen.
La vida,
plenitudes, complicidades,
cuando la niñez nos amuebla.
La vida,
un ocaso, un acaso,
conexiones y distanciamientos.
La vida,
un café por las mañanas
con sabor a madre especial e inolvidable.
La vida,
la escuela, la docente,
la libreta de calificaciones.
La vida,
nosotros, los otros,
hojas frágiles a merced del viento.
La vida,
un viaje inefable, restricto,
a través de un finito tiempo.
La vida...
Viviana Laura Castagno Fuentes

