Soy tan feliz
cuando las letras
me buscan con sutileza
y yo finjo —sin éxito—
que no las percibo
y me hago la distraída.
Ellas son tan hábiles,
poseen su estratagema
arremeten con ínfulas
para que despierte
y su albergue les otorgue.
Las letras, la poesía,
—esas inefables amigas—
son las asistentes perfectas
descongelan nieves eternas
esas que forman coraza
en corazones vacíos y ausentes.
Viviana Laura Castagno Fuentes
