Contradiciendo a las evidencias
tan contundentes e irrefutables,
continúan esperando
algo que ya está aquí
porque se rigen por el calendario.
¿No observan acaso
la eclosión de los verdores
en los sauces que exhibían
con actitud de desconsuelo
desnudeces en sus ramas?
¿No advirtieron todavía
que los ciruelos destellan
cuando la noche los mira
y en sus delicadas flores
la luna su luz instala?
Definitivamente está aquí,
desafiando a la tozudez humana
que se empecina en torcer
el ritmo de la natura
con temas de fechas inexactas:
¡Llegó en agosto la inmarcesible primavera!
Viviana Laura Castagno Fuentes

