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viernes, 31 de marzo de 2023

SOLO PLENITUD


Diré mil veces, será sin proponerme por supuesto, pero no importa: "Escribir es el supremo placer que poseo, es la felicidad incrustada en mis células, cada vez que por palabras soy amueblada".


Pero, cuando el abandono percibo, en mendiga me convierten.
Las busco en rincones, en libros despiertos y dormidos, las persigo como a mariposas y son tan hábiles, tan astutas, que se alejan. 

Y pienso, estarán viajando hacia otras almas que las necesitan, para invadir con su luz y desplegar toda la magia. 

Porque es justamente ese el sentimiento: el de la magia, porque cuando llega la inspiración, se abren innumerables ventanas y garantizan que a través de ellas ingrese el universo con sus titilantes estrellas y nos modifique. 

Escribir por placer, pero también por una imperiosa necesidad, que es inefable muchas veces, son palabras abarrotando cada intersticio de mi mente y deseando ser excarceladas cuanto antes. 

Y allí reside mi dilema: ¿Acaso soy una vil carcelera de letras que se sienten atrapadas? 

¿Soy una angurrienta que las devora sin tomar consciencia? 

No, no deseo ese mote, mi ilusión es ser sencillamente un medio para la emancipación de cada una de ellas, las portadoras de sentimientos tan íntimos, tan míos y también ajenos, que buscan con ansias ser compartidos con tantos corazones desolados y hambrientos. 

Diré mil veces o millones, pareceré una ilusa: "Escribir es el supremo de los placeres, dan sentido a mi existencia y es la respuesta a tantas preguntas que en ningún espacio encuentro".

Viviana Laura Castagno Fuentes 

DOCENTE ÉL

 

El dolor es un docente,

es un gran pedagogo, 

nos explica

lo que aún no comprendimos,

porque distraídos viajábamos

o porque tal vez no quisimos.


El dolor llega investido,

de vientos huracanados

demuele con contundencia

los frágiles cimientos erigidos,

pero también los que resistencia

tenían. 


El dolor nos exhibe desnudos,

nos arranca de cuajo
 

desde el piso, hasta el techo

que nos preservaba,

el despojo es tan inmenso,

que aún acompañados,

solos estamos.


El dolor no posee señal de 

alertas,

ni recetas, ni manuales 

instructivos,

es un tifón en un piélago bravío

y nos reduce a todos, 

sin excepciones,

en náufragos, sin brújulas,  

ni puertos.


Viviana Laura Castagno Fuentes

EL MAESE

 

Por doquier, 

por donde mire hay indicios,

algunos son apenas visibles

pero otros...

exhiben todas las evidencias.

Es tan parecido 

y es tan diferente a la vez,

tiene potestades cuasi 

humanas

porque nos habla sin hablar

sobre pérdidas y despojos.


Porque: ¿Qué es la vida sino?


¿No es acaso un aula magna

para aprender a perder

y a dejar ir todo

lo que cumplió su ciclo?


Y sobre desgarros y 

ausencias

él es un experto,

llega para desbaratar todo

y no queda más que

acostumbrarnos.


Marzo es el mes, 

es el mes de los despojos 

esos que tienen su génesis 

allí donde el alma duerme.


Pero también anida

en cada manifestación 

de la natura

cada vez que el otoño 

ese gran prestidigitador 

arrasa con los esplendores. 


Marzo es su mes, 

es el mes de las pérdidas 

de los inevitables adioses 

y sobre ello... 

el otoño enseña como nadie. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

SOBRE ADIOSES...


Y nos desperdigamos en los 

adioses,

dejamos en ellos partes

nuestras, 

somos amalgamas, fusiones,

hechuras propias y ajenas.


Y somos jirones, esperpentos,

árboles sin raíces, aves sin 

cielos,

somos paréntesis interminables

y otras, eternos puntos 

suspensivos.


Y naufragamos en los adioses,

porque se esfumaron los 

puertos, 

somos navíos errantes e 

inestables

sin brújula, sin mar, ni derrotero. 


Y uno muere en los adioses, 

y no hay resarcimientos posibles

aprendemos a vivir mutilados

porque nos arranca el alma de 

cuajo. 


Viviana Laura Castagno Fuentes