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domingo, 9 de junio de 2024

COMPLICIDAD ACORDADA


Cuando más necesito a mis letras, a mi poesía, ellas más y más se alejan
como en un gesto de complicidad que han acordado entre todas y los vacíos internos 
se consolidan —parece un galimatías lo expresado—, pero es lo que sucede en realidad.

No es egoísmo, menos indolencia —ellas no avalan las mezquindades—se apartan un rato, se ausentan,
porque saben que necesito cierta cuota de aislamiento o libertad para edificar el lugar donde les daré albergue más tarde.

Y es justamente, —en ese frágil límite— entre la orfandad del abandono y la imperiosa necesidad 
de habitar un universo para mí solamente, cuando "la confusión" se aposenta y desbarata todos mis planes.

Es inquisidora la dama, intenta atosigarme con la culpa, pero sabe muy bien que no puede, porque no soy culposa, asumo mis limitaciones, mis yerros, pero lo otro me es ajeno.

No he urdido el exilio para la poesía, todo lo contrario, le he otorgado una licencia, un permiso amable a mis letras para pergeñar un lugar para el reencuentro.

Cuando la inspiración regresa, porque el alma ha creado el albergue, el puerto seguro para el anclaje,
—entonces una fuerza inexplicable comienza a fluir muy dentro y convoca a las itinerantes— porque 
el hogar está listo y ellas son las residentes más importantes, las garantes para que mi poesía exista y renueve mi compromiso con la vida.

Viviana Laura Castagno Fuentes

EL VIAJE DE MI VIDA

 

Y sigo aprendiendo, cada día,
—mi viaje es pedagogía absoluta—
no existen lugares, recuerdos,
ni personas, que no me enseñen algo.

Aprendo mirando, escuchando,
aprendo del que ostenta, del soberbio,
—pero también de los opuestos—
del humilde y del austero,
todos son docentes sin saberlo.

Aprendo cuando sueño
y mis sueños naufragan,
es porque elegí mal el navío
o me equivoqué de mar,
no era por allí la travesía,
era por un río mi derrotero.

Aprendo en días luminosos
o cuando las cerrazones invaden
confundiendo el alba con la noche,
y soy alumna cuando el dolor
arremete y se empotra sin miramiento.

Y me equivoco, tropiezo con óbices
de todo soy única responsable,
—y de mis yerros surge la experiencia—
soy sol refulgente y eclipse al mismo tiempo
artífice de mis luces y mis sombras.

Viviana Laura Castagno Fuentes