El otoño es dueño
de un carácter único,
desviste sin culpa
y a la desnudeces
todas convoca.
Tiene un alma sedienta,
es un voraz desafiante
juega con los despojos
junto al viento como
anuente y cómplice.
Es un desbaratador nato
un especialista en el arte
de opacar el orden
que los vergeles
con donaire, exhiben.
Pero, nos invita a pensar
con sus sutilezas,
él está enseñando
es un pedagogo hábil
comunicando
—que de lo superfluo—
debemos liberarnos.
Viviana Laura Castagno Fuentes

