Las inclemencias
están
devorando todo.
Porque
la vulnerabilidad
les habilitó la tarea.
Ha desaparecido
el techo
y no está el piso.
Siento frío,
se empotró
el otoño en el estío.
Estoy
a la intemperie
y desabrigada.
No encuentro
un puerto
y la estación está clausurada.
Inclemencias
de la vida...
cuando a la noche instala.
Viviana Laura Castagno Fuentes
