Hay algo que está desafiando,
probando mis límites
y mi estabilidad emocional
con enorme contundencia
y hasta me atrevo a asegurar
que se ha vuelto "inmanejable".
Porque necesito, me urge,
una respuesta diría
un anclaje certero
para estas desazones.
"Incertidumbre"
es la definición exacta,
es el sentimiento
que se ha instalado
hace un tiempo
y desorganiza mi vida
como si tuviese
un itinerario diseñado
para sus tropelías.
Y tengo la convicción
de que no se exiliará
fácilmente, así nomás,
hasta que no haya
una revelación
o una manifestación
que arroje luz
sobre las penumbras.
Porque convengamos,
si sabemos, si conocemos,
si existe una explicación
o al menos se atisba la salida
para ese túnel en el
que deambulamos
muchas veces,
no habría tal extravío.
Pero, cuando no hay nada
y las preguntas
forman montañas
como la arena dúctil
cuando el viento implacable
con terquedad la amontona,
entonces los espacios vacíos
se van agigantando
porque las odiosas
incertidumbres
en bosques impenetrables
se han convertido.
Viviana Laura Castagno Fuentes
